A los diáconos les encanta el segundo día de Navidad—porque en este día, los católicos recordamos a San Esteban, Archidiácono y Protomártir.
En los Hechos de los Apóstoles, San Esteban se encontraba entre los siete propuestos por sus respectivas comunidades y designados por los Apóstoles para cuidar de los miembros pobres y vulnerables del creciente movimiento de Jesús: la historia tradicional del origen del diaconado. Por su pertenencia a este grupo de siete, se le llama "archidiácono", que significa jefe o primero entre los diáconos.
Más tarde reclamaría otra “primicia” para la primitiva comunidad cristiana – “protomártir”, que significa “primer mártir” – cuando fue ejecutado por las autoridades, arrastrado fuera de los muros de la ciudad y apedreado hasta la muerte tras negarse a dar marcha atrás en sus convicciones sobre Cristo. (Entre la multitud que lo apedreó se encontraba San Pablo, que más tarde confiaría su Carta a los Romanos a su amiga la diácona Santa Febe, después de que su dramática conversión en el camino de Damasco lo transformara de perseguidor de los seguidores de Jesús en el más destacado de los predicadores del Evangelio).
En este tiempo de Navidad, recordamos a San Esteban Archidiácono, cuya reputación de santidad y generosidad llevó a su comunidad a proponer su nombre en respuesta a la búsqueda de los Apóstoles de quienes autorizaron a ser los primeros diáconos, encargados de atender las necesidades materiales y espirituales de los miembros más vulnerables de sus comunidades. En un mundo en el que tantos se enfrentan a la persecución y la violencia, recordamos a San Esteban Protomártir, cuya fidelidad al Evangelio condujo a su ejecución.
En nombre del equipo de DD, enviamos bendiciones de paz a todos en esta Navidad.
En la fiesta de San Esteban, además, nos unimos a los obispos estadounidenses para celebrar la reciente conmutación de las penas de muerte de 37 hombres -casi todos los condenados a muerte a nivel federal- por penas de prisión, tras los múltiples llamamientos del Papa Francisco al presidente Biden en las últimas semanas.
Por intercesión de San Esteban, Archidiácono y Protomártir, rezamos:
En agradecimiento por la conmutación de casi todas las penas de muerte federales de Estados Unidos,
Por el fin de la pena de muerte,
Por la gracia de ver y responder a las necesidades insatisfechas de nuestras comunidades,
Por valor para decir lo que es verdad cuando las autoridades se oponen a nosotros,
Por ministerios de predicación que inspiran los corazones de los fieles para actuar con audacia y amor,
Por confianza cuando se nos pida hacer lo que nadie ha hecho antes que nosotros, y así abrir camino,
San Esteban, ¡ruega por nosotros!