¡Saludos en esta fiesta de la Visitación!
Hoy me resulta apropiado compartir una buena nueva con ustedes, amigos, peregrinos y pares discerning deacons…¡Estoy embarazada!
En nuestra casa, esto es motivo de gran alegría y expectativa. Mis hijos próximos a cumplir 11 y 9 años están pendientes de la evolución del bebé y esperan con impaciencia el día en que puedan sentir sus pataditas.
Mi instinto es buscar a las mujeres sabias de mi vida que pueden ver y nombrar el poder de Dios que actúa en mí y en nuestra familia en esta etapa.
Por eso me consuela recordar en el Evangelio de hoy el viaje que hace María para visitar a su prima Isabel, un encuentro que la inspiró a cantar su profético Magnificat, que cada día proclamamos en la oración vespertina.
Mi propia buena nueva se siente magnificada en lo que se está desarrollando en nuestra Iglesia esta semana:
- Hoy, el Papa Francisco nos invita a unirnos como hermanos y hermanas en todo el mundo, a reunirnos en santuarios marianosy a poner todo el proceso sinodal bajo la protección de María, Madre de la Iglesia.
- Mañana, el Papa Francisco recibirá los frutos de nuestra propia peregrinación mariana de Discerning Deacons y CEAMA cuando reciba a tres valientes y proféticas mujeres líderes de la Iglesia en la Amazonía: Hna. Laura Vicuña Pereira Manso, Patricia Gualinga y Yesica Patiachi.
El Arzobispo Roque Paloschi de Porto Velho, Brasil, que nos acompañó en nuestro viaje sinodal en la Ciudad de México, ofrece una reflexión conmovedora para el Evangelio de hoy que escribió para nuestra síntesis de peregrinación::
"En el Magnificat, María alaba las maravillas de Dios en su vida: ‘El Señor ha hecho cosas maravillosas por mí;’ reconoce su poder liberador, anuncia y denuncia: ‘Colma de bienes a los hambrientos y despide a los ricos con las manos vacías’, se pone al servicio de toda la humanidad, llevando en su seno la fuerza misma de la vida, el Dios liberador. En su seno lleva al Hijo de Dios, Jesucristo en toda su humanidad y divinidad".".
Cincuenta y seis peregrinos de todas las Américas viajaron juntos en el tiempo liminal entre el proceso de escucha y la síntesis continental que reunió las voces del pueblo de Dios de todo el mundo en "Ensancha el espacio de tu tienda.”
Fuimos a la Ciudad de México para depositar nuestras propias ofrendas ante Nuestra Señora de Guadalupe, y para pedirle que guíe a la Iglesia en su búsqueda de nuevos caminos para reconstruir la confianza, para ser la voz de los pobres, y para vivir la misión de Jesús en el mundo. Como resume el arzobispo Paloschi:
“Maria, Madre invocada con tantos nombres, Madre del Amazonas, Madre de los Peregrinos, Madre de los Refugiados, Madre de las Dolores, Madre de los Pueblos Originarios y Madre de las Américas. Maria, Madre del cielo morena, Nuestra Señora de Guadalupe, profetisa de la esperanza y de un nuevo amanecer, ayúdanos a reconocer la fuerza, el don y la diakonía de las mujeres en la Iglesia”.".
Continuamos fervientes en la oración, encomendando a la Hna. Laura Vicuña Pereira Manso, Patricia Gualinga, y Yesica Patiachi para que sean protegidas bajo el Manto de María. Que sepan que no caminan solas al llevar la sabiduría y la experiencia de las periferias al centro. Abriendo un espacio de encuentro mientras reflexionan sobre la ministerialidad de las mujeres, la diakonía que las mujeres ya ejercen para la vida de la Iglesia, y el camino a seguir para recibir más plenamente los dones que las mujeres traen para servir a todo el Pueblo de Dios.
Terminaré compartiendo la reflexión de la Conferencia Episcopal Irlandesa (en inglés) sobre el Misterio Gozoso de la Visitación, que incluye una letanía a María del Sínodo....
Nuestra Señora del Camino, Ruega por nosotros.
Nuestra Señora del Camino, Quédate con nosotros.
Nuestra Señora del Camino, Camina con nosotros.
En paz y expectativa esperanzada,