"Sé que hay mucha hambre para los sacramentos, y creo que las mujeres diáconos podrían ayudar a la Iglesia de una manera significativa en el ministerio sacramental tan necesario. Además, creo que el hecho de que las mujeres prediquen la Palabra ayudaría a que el evangelio sea más accesible y espiritualmente enriquecedor para un mayor porcentaje de la población."