Sínodo - Una Escucha que Libera

Vigilia Ecuménica de Oración el 30 de septiembre de 2023. Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano - Fotografía de Becky McIntyre

Sentada en la Plaza de San Pedro durante la vigilia de oración ecunémica antes de que comenzara la Asamblea del Sínodo, mi mente bullía con muchas cosas: planeando publicaciones para las redes sociales, preocupándome por una amiga en apuros, preguntándome si el transporte público estaría congestionado después del servicio. Me contuve y respiré, con la esperanza de calmar el bullicio de mi cerebro y estar más presente. No quería perderme este momento. Mientras el sonido celestial del canto Taizé se suavizaba en un momento de oración silenciosa, sentí cómo mi corazón inquieto rezaba: "Habla, Señor, que tu sierva te escucha".

Surgió en mí una sensación de amplitud y, casi de inmediato, sentí que Dios decía: "Yo también te escucho". No oí las palabras en voz alta, pero fueron claras como el agua. Exhalé maravillada, invadida por la palpable cercanía de este Dios que escucha. Mientras miles de personas rezaban, unidas en un silencio elocuente en la Plaza de San Pedro, Dios escuchaba profundamente a cada una de ellas. Imaginé el corazón de Dios abriéndose de par en par, recibiendo cada oración con ternura, pendiente de cada palabra y atento a cada anhelo tácito, en una postura de disponibilidad, compasión y amor. Escuché a Dios escuchando, y mi corazón cayó de rodillas.

Si estamos hechos a imagen de Dios, entonces nosotros también estamos llamados a ser oyentes profundos. Esta es la "salsa secreta" del proceso sinodal, y tiene el potencial de revolucionar nuestra forma de vivir como Iglesia. Muchos han observado que incluso la disposición de los muebles en la sala del Sínodo indica un cambio monumental: mesas redondas en lugar de asientos de teatro. En estas mesas, pequeños grupos de laicos y clérigos de diversas naciones pueden tener un encuentro auténtico a través de una metodología de "conversaciones en el Espíritu". Un delegado compartió que este enfoque parece estar distendiendo a algunos de los obispos y ayudando a suavizar el ambiente jerárquico. Como religiosa y ministro de la pastoral vocacional, me llena de emoción ver un modelo de discernimiento comunitario en el nivel más alto de nuestra Iglesia. Sé que cuando nos entregamos, el Espíritu puede llevarnos a nuevas profundidades y a sueños que superan nuestra imaginación. ¡Todo esto me llena de esperanza!

Incluso me atrevo a anhelar que este notable proceso de discernimiento global ayude a nuestra Iglesia a reconocer los límites que hemos puesto al discernimiento de las mujeres. Caminando con jóvenes adultos que reflexionan sobre sus caminos vocacionales, hablando con Hermanas a lo largo de los años, y transitando junto a otras mujeres estudiantes de seminario, he sido testigo de una escucha sincera y sagrada que a veces produce poderosas llamadas no reconocidas por nuestra Iglesia. Estoy convencida de que nuestro Dios que Escucha es también El que convoca y anhela la liberación y el logro de esas llamadas.

Nuestras historias importan en el corazón de nuestro Dios que Escucha, y gracias a la comunidad llena de fe de Discerning Deacons, están siendo compartidas en Roma. Recemos para que el verdadero discernimiento, guiado por el Espíritu, vibre y bulla en esas revolucionarias mesas redondas. Si los participantes del Sínodo se comprometen sinceramente a imitar a nuestro Dios que Escucha como miembros de una #IglesiaQueEscucha, ¿quién sabe lo que podría suceder?

La Hna. Tracy Kemme, MDiv, es la directora vocacional de las Hermanas de la Caridad de Cincinnati (página en inglés) y ministro espiritual en Casa de Paz. Vive en la comunidad de formación de la Casa de la Visitación en la ciudad de Cincinnati en Ohio. Puedes seguirla en @tracykemme y @cincyscvocations.

Comparte este Artículo

"
Ser testigos
“I have been blessed with women who have shared their many gifts with me. They have broken open Scripture for the people of God with their own perspective and insight. They have shown ways of leading which empower and confirm the value of each individual person. They have offered perspectives and visions of the Spirit’s call to live God’s love for all.”
Don Highberger, SJ
University Campus Minister and Hospital Pastoral Minister, St. Louis, MO
"
Ser testigos
“If I could be ordained a deacon, the people would hear the Good News preached with authority at the pulpit and in the world. For me personally, it would feel like the ability to serve in the manner in which God has put on my heart to serve. As a minister of the word, liturgy and charity, I would preach the word to inspire others to love God and their neighbor. I would continue to bring communion to the sick and imprisoned, but I would also free our priests by taking on some baptisms, weddings, and funeral services that are outside of the Mass. It would feel like the fullness of what I was meant to do.”
Theresa Shepherd-Lukasik
Director of Adult Faith Formation, St. Joseph Parish, Seattle, WA
"
Ser testigos
“And when I get antsy waiting, as I often do, I remember the women I met who showed me that the ‘not yet’ is an “already.” Women deacons have existed and continue to exist. Someday, I may be one of them.“
Julia D’Agostino, MDiv
Theology Student, ThM Candidate

Reciba Nuestro Boletín Informativo

Newsletter signup

Processing...

Thank you for sign up!

Aquí es donde compartimos noticias relevantes, eventos y oportunidades para participar en la labor. 
*Únicamente enviaremos el boletín una vez cada semana, y nunca compartiremos o venderemos su información.