El Papa Francisco, la Hermana Thea Bowman y la Dra. Cynthia Bailey Manns

El Papa Francisco y la Dra. Cynthia Bailey Manns charlan acerca su broche de la Hermana Thea Bowman.

Continúo sintiéndome honrada y agradecida por el nombramiento del Papa Francisco para participar en el Sínodo sobre la Sinodalidad en octubre de 2023 y 2024. Esperaba una experiencia increíble que me cambiara la vida, y ese es el regalo que recibí.

Estuve en Roma del 28 de septiembre al 30 de octubre como una de las cincuenta y cuatro mujeres delegadas que, por primera vez en la historia de la Iglesia, tienen el derecho a votar junto a diáconos, sacerdotes, obispos, cardenales y el Papa Francisco.

Para realizar este trabajo sagrado, me basé en prácticas espirituales y contemplativas para estar presente en el Espíritu Santo. Armé una caja de tesoros espirituales del Sínodo llena de imágenes, canciones, citas, oraciones, palabras de aliento y mi Biblia. Y me dejé guiar por la fuerza, el amor, la paciencia, la sabiduría y el compromiso con la justicia para TODOS de la Hermana Thea Bowman.

La hermana Thea Bowman, nieta de personas esclavizadas, se convirtió al catolicismo a los nueve años y más tarde ingresó en las Hermanas Franciscanas de la Adoración Perpetua, antes del Concilio Vaticano II. Murió de cáncer en 1990. El edicto de apertura de la investigación formal sobre su causa de canonización se produjo en el año 2018. Incluso en la muerte, su autoridad espiritual como testigo de Dios sigue desafiándonos a participar en la sanación del mundo. Ella fue mi compañera espiritual constante durante mi participación en el Sínodo, y llevé mi broche de la Hermana Thea todos los días que estuvimos en sesión. Agradezco haber tenido la oportunidad de regalarle un broche de la Hermana Thea al Papa Francisco. 

La Iglesia sigue reformándose. Que todos sigamos escuchando profundamente al Espíritu Santo y escuchándonos unos a otros mientras encarnamos el amor de Jesús. 

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-Dra. Cynthia Bailey Manns

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Ser testigos
“I have been blessed with women who have shared their many gifts with me. They have broken open Scripture for the people of God with their own perspective and insight. They have shown ways of leading which empower and confirm the value of each individual person. They have offered perspectives and visions of the Spirit’s call to live God’s love for all.”
Don Highberger, SJ
University Campus Minister and Hospital Pastoral Minister, St. Louis, MO
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Ser testigos
“If I could be ordained a deacon, the people would hear the Good News preached with authority at the pulpit and in the world. For me personally, it would feel like the ability to serve in the manner in which God has put on my heart to serve. As a minister of the word, liturgy and charity, I would preach the word to inspire others to love God and their neighbor. I would continue to bring communion to the sick and imprisoned, but I would also free our priests by taking on some baptisms, weddings, and funeral services that are outside of the Mass. It would feel like the fullness of what I was meant to do.”
Theresa Shepherd-Lukasik
Director of Adult Faith Formation, St. Joseph Parish, Seattle, WA
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Ser testigos
“And when I get antsy waiting, as I often do, I remember the women I met who showed me that the ‘not yet’ is an “already.” Women deacons have existed and continue to exist. Someday, I may be one of them.“
Julia D’Agostino, MDiv
Theology Student, ThM Candidate

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