Palabras de Ellie Hidalgo al recibir el Premio Robert M. Holstein Faith Doing Justice de La Red de Solidaridad Ignaciana en Nueva York el 10 de mayo pasado
Gracias Colleen [Dunne] por tu maravillosa introducción. Muchas gracias a Chris Kerr y Kelly Swan y al equipo de La Red de Solidaridad Ignaciana por dar reconocimiento al trabajo de Discerning Deacons desde el comienzo, invitándonos a mí y a otras mujeres diaconales a reflexionar sobre las Sagradas Escrituras de manera visible y significativa a través de sus maravillosas series “Rise Up” y de las Escrituras Sagradas de Cuaresma.
Gracias a Loretta Holstein, a quien conozco desde mis años en Los Angeles. Me siento muy honrada de recibir este premio. Y al Padre Ted Gabrielli, antiguo párroco de la Misión Dolores, quien me introdujo al extraordinario trabajo de La Red de Solidaridad Ignaciana.
Gracias a mi brillante y bella co-directora Casey Stanton con quien tengo el profundo privilegio de trabajar, soñar y diseñar mientras colaboramos en esta iniciativa de Discerning Deacons. Y hay muchas Discerning Deacons presentes en esta sala, y les doy las gracias a todas.
Gracias a BA Donnelly de Catholic Women Preach quien ha despertado la imaginación de mujeres predicando.
Gracias a Phyllis Zagano por sus muchas décadas de estudios expecializados en teología que han informado nuestro trabajo.
Y un saludo a mi familia y amigos, incluyendo a mi hermana Rosie Hidalgo y a mi prima Laura Hamm Amigone, que están aquí esta noche.
Estoy profundamente agradecida a las mujeres de la Iglesia Misión Dolores en el este de Los Angeles. Durante mis 12 años en el ministerio parroquial, me enseñaron la alegría de encontrar la comunidad amada de Dios cuando nos paramos en las periferias y extendemos la mano para hablar con adolescentes en riesgo de unirse a una pandilla, cocinamos para las personas sin hogar, recibimos a nuevas familias inmigrantes o mantenemos espacios sagrados para los padres cuyos hijos han muerto a causa de la violencia o cuyos hijos están encarcelados.
Al P. Greg Boyle, antiguo párroco de la Misión Dolores que fundó Homeboy Industries, le gusta recordar una meditación de San Ignacio que dice: "Mira a Jesús de pie en el lugar humilde". Porque es en el lugar humilde donde nos encontramos con un Dios que es mucho más grande, más allá, que nuestra imagen de Dios, a menudo demasiado diminuta.
La Misión Dolores es una pequeña muestra de lo que es posible cuando clérigos y laicos caminan codo con codo para responder a las necesidades de un barrio y, al hacerlo, responden a las necesidades de un país.
Pero para que las mujeres se sientan plenamente reconocidas por sus dones en sus familias, en sus comunidades e incluso en sus parroquias, hacen falta conversaciones valientes. En mi propia familia cubano-americana hemos estado aprendiendo a participar en estas conversaciones valientes.
Después de confirmarse siendo adolescente, mi sobrina Carolina rogó a sus padres que no la obligaran a seguir yendo a misa. Y es que a mi sobrina le resultaba cada vez más doloroso e insoportable entrar en una iglesia donde la predicación sólo era proclamada por hombres. Por muy buenos que fueran esos sacerdotes, hombres buenos y santos, a mi sobrina le molestaba no oír nunca el Evangelio proclamado desde la perspectiva de una mujer. Ninguna María Magdalena ni ninguna Febe podían compartir la Buena Nueva.
"No puedo encontrar a Dios en la Iglesia cuando siento tanto enojo y rechazo", le dijo Carolina a su madre. "No han creado un espacio para darme la bienvenida de la forma en que creo que Dios me daría la bienvenida".
La familia tuvo que replantearse los domingos. Y decidieron que Carolina elegiría un libro espiritual que le interesara para seguir alimentando su alma (lo que era importante para sus padres), y de camino a Misa, la dejarían en Starbucks.
¿Quién diría que se puede encontrar a Dios en Starbucks?
Sin duda, ¡otra táctica del Espíritu Santo!
Algo en este arreglo funcionó. Hoy, a Carolina, que está en su último año de universidad, le encanta cocinar cenas con miembros de la comunidad y personas que han estado encarceladas para entablar conversaciones animadas sobre cómo ayudar a la gente en la transición de la cárcel a la vida civil.
Mi sobrina está encontrando la alegría de estar en el lugar humilde y construir una comunidad que sea más inclusiva y acogedora, muy parecida a lo que hizo Jesús.
Las mujeres desempeñan un papel vital en la transmisión de la fe a la siguiente generación. Pero cuando el 99% de las iglesias católicas tendrán un predicador varón este domingo en un mundo donde el 50% de la población católica son mujeres, es hora de que nuestras hijas y nietas, nuestros hijos y nietos, nos vean nombrar en voz alta un problema que hemos soportado en silencio en nuestros corazones. Porque lo que parecía normal para mis abuelas cubanas católicas devotas, y se volvió incómodo para mi madre, y se ha vuelto inaceptable para mí, es insoportable para mis sobrinas y para muchas de nuestras hijas. Y esto tendrá consecuencias incalculables para el futuro de los ministerios católicos.
El abismo ha ido creciendo entre la Iglesia institucional y los jóvenes, pero sabemos que no tiene por qué ser así. Los jóvenes ansían la santidad. Ansían saber que Dios camina junto a su apasionado compromiso por hacer del mundo un lugar mejor. Ansían que la Iglesia entable conversaciones valientes para que podamos avanzar juntos hacia el futuro.
Esa es la esperanza del proceso global de escucha sinodal. Discerning Deacons está ayudando a animar este mismo proceso de escucha sinodal dentro de nuestras familias. En nuestras parroquias. En nuestras diócesis. Escuchando en las periferias - incluyendo a las mujeres que se encuentran en el límite profético, pero que tienen ansias de contribuir a la conversación central. Estamos desarrollando capacidades para escuchar, dialogar, y discernir la voluntad del Espíritu Santo, generando un acuerdo sobre cómo Dios nos llama a ser Iglesia en el tercer milenio. Repensar la participación de las mujeres ha surgido como una inquietud crítica y urgente en todo el mundo católico. Y el Papa Francisco invita a los fieles a percibir la acción del Espíritu Santo en esta tensión creativa.
Quiero dar las gracias a La Red de Solidaridad Ignaciana por su compromiso de promover y avivar los deseos profundos de nuestros jóvenes por la justicia, la solidaridad y la vida integral que cuida de nuestra casa común. Por descubrir de nuevo a Dios en los lugares humildes.
Concluyo compartiendo las palabras del Papa Francisco cuando nuestra delegación de Discerning Deacons viajó a Roma para la Misa de apertura del Sínodo en el 2021, junto con mujeres en ministerio de la región amazónica de América Latina. Presentamos al Santo Padre una imagen de Santa Febe, llamada diakonos por San Pablo durante los primeros días del cristianismo. Mientras hablábamos con el Papa Francisco sobre el ministerio de las mujeres en las Américas, las palabras que nos dirigió el Papa fueron "¡Firme, Adelante!". Comparto las mismas palabras con ustedes hoy: ¡Firme, Adelante!
¡Muchas gracias!
Ellie Hidalgo
Nota: El evento Ignite 2023 de la Red de Solidaridad Ignaciana honró este año a Ellie Hidalgo y Jack Raslowsky (Presidente de la Escuela Secundaria Xavier, en Nueva York) con el Premio Robert M. Holstein Faith Doing Justice; a Catholic Mobilizing Network con el Premio Legacy of the Martyrs; y a Michael Libunao-Macalintal y Teresa Marie Cariño Petersen con el Premio Moira O'Donnell Emerging Leaders for Justice.
Fotos cortesía de La Red de Solidaridad Ignaciana