Las mujeres amazónicas prestan servicio diaconal a la Iglesia actual en el inmenso territorio amazónico. El 1 de junio de 2023, tres mujeres -Yesica Patiachi de Perú, Patricia Gualinga de Ecuador y hna. Laura Vicuña de Brasil, vicepresidentas de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA)- fueron recibidas en una audiencia histórica por el Papa Francisco para dialogar y reflexionar en comunión y unidad acerca del reconocimiento del ministerio de la mujer en la Iglesia de la Amazonía, y del servicio diaconal que las mujeres prestan en innumerables comunidades alejadas, tanto de los grandes centros urbanos como de las periferias de las grandes ciudades.
La audiencia duró cuarenta y cinco minutos, durante los cuales discutieron el ministerio de la mujer en la Iglesia de la Amazonia desde el punto de vista socio-ambiental, socio-educativo y socio-pastoral.
A continuación se presenta un relato en primera persona que escribieron conjuntamente sobre este encuentro con el Papa Francisco, a quien se refirieron como "abuelo Francisco", un término cariñoso y de respeto hacia los mayores.
La Amazonía vive una realidad de avance de la economía de la destrucción y con este llamado “desarrollo” destruye la fauna, la flora, la biodiversidad y la sociodiversidad presentes en este rico bioma, a la vez muy frágil y complejo. El avance de la extracción mineral, la tala de los bosques y las grandes empresas ponen en riesgo la integridad física, cultural y territorial de los pueblos originarios y amazónicos, que habitan este territorio desde hace milenios y sobre todo, los pueblos que viven en aislamiento y en riesgo de extinción, los pueblos libres. Otro de los temas que pusimos en conocimiento del abuelo Francisco es el de las constantes amenazas y asesinatos de aquellos hombres y mujeres indígenas amazónicos que alzan la voz y defienden sus bosques y territorios frente a terceros, quienes defienden sus intereses económicos en nombre del desarrollo y el extractivismo.
No dejamos de abordar el gran problema que vive Brasil, con el aumento de la violencia contra los pueblos indígenas y la violación de derechos, con la aprobación del Proyecto de Ley 490, por la Cámara de Diputados Federal, que es una gran amenaza a los derechos constitucionalmente garantizados. Al abuelo Francisco se le pidió hablar al gobierno brasileño y al Supremo Tribunal Federal, a favor de los pueblos originarios y en contra del Marco Temporal, que se tramita en el congreso nacional y espera sentencia en el Supremo Tribunal Federal.
En cuanto a la necesidad socio-educativa presentamos que en la Amazonía existen más de 490 pueblos originarios, 140 pueblos que viven en aislamiento y en riesgo de extinción, innumerables comunidades tradicionales y periferias urbanas, más de 300 lenguas que viven amenazadas por la falta de una educación intercultural y bilingüe. También mencionamos al abuelo que cuando se realizan las visitas a las comunidades nativas el mayor clamor que piden a la iglesia es el acceso a la educación, tanto para la educación básica regular (primaria y secundaria) como para la educación superior –técnica y universitaria. En este diálogo con el abuelo, destacamos que la Red de Educación Intercultural Amazónica (REIBA) viene siendo una propuesta desde el territorio para atender las necesidades educativas en los pueblos originarios amazónicos a través de la Red Eclesial Amazónica y la Conferencia Eclesial Amazónica, con el Programa Universitaria de la Amazonia (PUAM).
Esta inmensa riqueza socio-cultural promueve la vida y el cuidado de nuestra casa común.
Desde la perspectiva socio-pastoral, innumerables comunidades, organizaciones pastorales y eclesiales se ven dinamizadas por mujeres y hombres que viven genuinamente la fe, en el anuncio de la buena nueva del Evangelio y en la denuncia de las estructuras de muerte que impiden a las personas vivir plenamente y con dignidad.
En el diálogo que tuvimos con el abuelo Francisco, presentamos la necesidad de que la Iglesia haga un reconocimiento institucional del servicio diaconal que las mujeres brindan a la Iglesia en la Amazonía, un servicio diaconal que sale a las periferias, siendo una iglesia en salida, Samaritana y Magdalena, en el anuncio del Evangelio y en la defensa de la vida, los derechos y la tierra.
El abuelo Francisco, presentó su preocupación respecto a la clericalización presente en la Iglesia, desde los ministros ordenados y las posturas clericales de laicos y laicas, que asumen distintos ministerios en la Iglesia. Nos preguntó “quién viene primero María o Pedro”, para decirnos que la Iglesia es mujer y madre, que no podemos perder la dimensión femenina y materna de la mujer, este es el gran aporte del ministerio de la mujer en la Iglesia.
Durante nuestro diálogo con el abuelo Francisco hablamos de las diferentes experiencias que ya pasan en la Iglesia de la Amazonía, de mujeres que asumen ministerios en la dinamización de la fe, de catequistas, de acogida de migrantes, en defensa de la vida, de los derechos y la tierra y tantos otros, es este reconocimiento institucional lo que necesitamos en la Iglesia, porque muchos puntos de tensión y ruptura se podrían evitar si existiera este reconocimiento institucional. Lamentablemente, si tenemos un obispo o sacerdote que reconozca y valore el servicio de la mujer en la Iglesia, tenemos un camino hermoso, pero al contrario, tensiones e invisibilidad del servicio diaconal de la mujer en la Iglesia.
Le dijimos al abuelo Francisco que no queremos la ordenación sacerdotal, entendemos que hay diferentes ministerios y vocaciones, y que cada uno asume de acuerdo a la vocación y carisma que el Espíritu le ofrece a la Iglesia. Sí necesitamos este reconocimiento institucional [del diaconado femenino], porque para los pueblos originarios la Palabra es sagrada y en el mundo no indígena lo que cuenta es la escritura, como lo expresó Yesica Patiachi: “Abuelo, hay que dejar algo escrito sobre el reconocimiento del ministerio de mujeres en la Iglesia”.
Somos conscientes de los cambios que se han ido dando en la Iglesia y el abuelo Francisco trae este nuevo soplo del Espíritu y este aire primaveral a la Iglesia, pero necesitamos ir hacia aguas más profundas.
En el diálogo sereno y respetuoso salimos muy contentas, porque el abuelo Francisco nos dijo que “para los cambios que se han ido dando en la Iglesia, no hay vuelta atrás”. Necesitamos unirnos y dejarnos guiar por el soplo del Espíritu, para ser una Iglesia que sale a las periferias, una Iglesia Sierva, Samaritana, Mariana y Magdalena, que sale al encuentro de los más pobres, para tener verdaderamente una Iglesia con rostro amazónico, con nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.
Visitamos ocho Dicasterios (galería de fotos) y en cada una presentamos la misión de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, como fruto concreto del Sínodo de la Amazonía, y reconocimiento jurídico y canónico por parte de la Santa Sede y la Iglesia, y la Red Eclesial Pan-amazónica como un organismo complementario en la acción evangelizadora de la Iglesia en la Amazonía, en busca de nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.
Este fue sin duda un momento histórico para la Iglesia de la Amazonía y para la Iglesia universal que busca hacer caminos de conversión sinodal, pastoral, eclesial, cultural, ecológica y social y así, ser fieles a la tradición fundada en las primeras comunidades, en el Seguimiento de Jesucristo, en el Concilio Vaticano II y en el Magisterio que nos ofrecen el Papa Francisco y sus predecesores.
Destacamos todo el compromiso del P. Julio Caldeira que preparó, junto con Lucia Capucci, Alessandro y la secretaria ejecutiva de CEAMA (P. Alfredo, Aura Patricia y Viviana) y REPAM (Hno. João y Rodrigo Fadul), el programa y contacto con los dicasterios y los medios de comunicación. La buena acogida que tuvimos en Roma desde nuestra llegada, con la generosa presencia –al recogernos del aeropuerto– de parte de la Hna. Sueli de la Congregación de las Hermanas Lourdinas, y su comunidad, que nos brindaron un delicioso almuerzo y recogieron a Yesica del aeropuerto al día siguiente. Nuestro agradecimiento a la Hna. Antonietta Papa y a sus hermanas de la Congregación Siervas Maria Misioneras, que nos acogieron durante los días pasados en Roma. A los franciscanos (Fray Daniel) que ofrecieron alojamiento en Asís. A Tisiana y Regina del grupo Laudato Si, quienes se tomaron el tiempo de acompañarnos por las calles, lugares y fuentes del carisma franciscano y clariano en Asís, y compartieron el delicioso almuerzo con la comunidad de migrantes que acogen en su hogar. Gratitud al hermano Ronie, quien gustosamente nos llevó al aeropuerto para regresar a nuestros hogares.
Y por último, nuestro agradecimiento a la presidencia de CEAMA y REPAM: sin este apoyo y compromiso, el viaje y la audiencia con el abuelo Francisco no hubieran sido posibles. A todas y todos quienes nos acompañaron con la oración, nuestro inmenso agradecimiento.
Patricia Gualinga, Laura Vicuña y Yesica Patiachi
Yesica Patiachi de Perú es vicepresidenta de la Red Eclesial Pan-amazónica (REPAM). Patricia Gualinga de Ecuador y Hna. Laura Vicuña de Brasil son vicepresidentas de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA).
Foto de Pilar Timpane