“We know that the synodal process is a gift for us to discern, pray and discuss the possibility of a diaconate that includes both men and women, and more active involvement for women in the Church. Our St. Phoebe celebration was just the beginning of what is to come.”
“[W]e organized an event for individuals from the parish and surrounding parishes to prayerfully reflect upon and learn about the witness of St. Phoebe and the role of women in the Church on the feast of St. Phoebe…The joy, hope and energy from this event was palpable…At least 12 area parishes were represented. This event raised so much awareness of St. Phoebe, and many shared their own experiences and witnesses with courage.”
“Some parishioners expressed their deep hope that, although the uplifting of women in the Church has often been absent in their own lives, that this can be different for coming generations. As a community, we are committed to continuing this conversation, praying for the ongoing Synod and continuing to uplift the voices of women ministering in the Church in both seen and unseen ways!”
“Together, increasing our devotion to St. Phoebe, we created something that was empowering, mystical, connective and embodied. We experienced what it can feel like to walk and pray together on a synodal journey. We are powerful together! There is such a thirst for this conversation and for this type of embodied prayer and communal witness.”
"[Espero que la Iglesia ordene mujeres al diaconado] para aportar un testimonio y una expresión más amplios de la vida, el amor y la presencia de Dios al pueblo de Dios. Las voces y el liderazgo de las mujeres sanarán, animarán y potenciarán las vidas de hombres, mujeres y niños. Provocará una nueva comprensión de la vocación eclesial y enriquecerá la vida familiar católica".
"La primer Apóstol fue una mujer, MarÃa Magdalena. Ella sigue siendo hoy una torre de fortaleza para las mujeres en el ministerio. Si se ordenaran más mujeres al diaconado en la Iglesia Católica Romana, creo que tendrÃamos homilÃas más significativas y espiritualmente enriquecedoras, y nuestras liturgias acogerÃan y darÃan la bienvenida a todos a la mesa eucarÃstica."
"Si fuera ordenada diácono, no serÃa un medio para alcanzar un fin, sino más bien una invitación continua a un camino más profundo y amplio con Cristo. A los diáconos se les pide que se hagan más visibles como manos al servicio de la Iglesia. Responder a tal vocación serÃa un tesoro, una profundización de mi vida de fe interior enriquecida por las experiencias exteriores de ministerio y servicio. Tanto el camino interior como el exterior se convierten en un anhelo de buscar y conocer al Cristo al que estamos llamados a servir."  Â
"El cincuenta por ciento de las voces de la Iglesia no se escuchan desde el púlpito. Esto frustra la labor del EspÃritu Santo. La Iglesia está mal atendida a causa de ello".
"Como mujeres seguimos abriendo posibilidades para compartir nuestros dones en esta iglesia que amamos. Nos basamos en el testimonio de las mujeres lÃderes de la Iglesia que siguieron a Cristo - desde MarÃa Magdalena y las primeras diaconisas hasta nuestros dÃas."
"No estoy segura de estar realmente llamada a ser diácono, pero incluso la oportunidad de tener una plataforma frente a una parroquia durante la misa serÃa una revelación para la gente, especialmente para las personas que sufren discriminación de género. La Iglesia empezarÃa a vivir una versión más auténtica de la universalidad".
Aquà es donde compartimos noticias relevantes, eventos y oportunidades para participar en la labor.Â
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