El párrafo 60: "Lo que viene del Espíritu Santo no puede detenerse"

Al término de la sesión de octubre de 2024 de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, los miembros del sínodo, junto con el papa Francisco, publicaron el documento final del Sínodo sobre la sinodalidad. El documento, que pertenece al magisterio ordinario del papa Francisco, sirve como hoja de ruta para la implementación de la sinodalidad.

El párrafo 60, que se cita a continuación, habla de la participación de las mujeres en una iglesia sinodal. Puedes leer el documento final completo aquí.

En virtud del Bautismo, hombres y mujeres gozan de igual dignidad en el Pueblo de Dios. Sin embargo, las mujeres siguen encontrando obstáculos para obtener un reconocimiento más pleno de sus carismas, de su vocación y de su lugar en los diversos ámbitos de la vida de la Iglesia, en detrimento del servicio a la misión común. La Escritura atestigua la función destacada de muchas mujeres en la historia de la salvación. A una mujer, María Magdalena, se le confió el primer anuncio de la Resurrección; el día de Pentecostés, en el Cenáculo, estaba presente María, la Madre de Dios, junto a muchas mujeres que habían seguido al Señor. Es importante que los pasajes pertinentes de la Escritura encuentren un espacio apropiado en los leccionarios litúrgicos. Algunas coyunturas cruciales en la historia de la Iglesia confirman la contribución esencial de las mujeres movidas por el Espíritu. Las mujeres constituyen la mayoría de los fieles y a menudo son los primeros testigos de la fe en las familias. Participan activamente en la vida de pequeñas comunidades cristianas y parroquias; dirigen escuelas, hospitales y centros de acogida; lideran iniciativas en favor de la reconciliación y la promoción de la dignidad humana y la justicia social. Las mujeres contribuyen a la investigación teológica y están presentes en puestos de responsabilidad en instituciones vinculadas a la Iglesia, la Curia diocesana y la Curia Romana. Hay mujeres que ejercen funciones de autoridad o son líderes de comunidades. Esta Asamblea hace un llamamiento a la plena aplicación de todas las oportunidades ya previstas en la legislación vigente en relación con la función de la mujer, en particular en los lugares donde aún no se han implementado. No hay nada que impida que las mujeres desempeñen funciones de liderazgo en la Iglesia: lo que viene del Espíritu Santo no puede detenerse. También sigue abierta la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal y es necesario proseguir con el discernimiento a este respecto. La Asamblea pide también que se preste más atención al lenguaje y a las imágenes utilizadas en la predicación, la enseñanza, la catequesis y la redacción de los documentos oficiales de la Iglesia, dando más espacio a la contribución de mujeres santas, teólogas y místicas.

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Ser testigos
“I have been blessed with women who have shared their many gifts with me. They have broken open Scripture for the people of God with their own perspective and insight. They have shown ways of leading which empower and confirm the value of each individual person. They have offered perspectives and visions of the Spirit’s call to live God’s love for all.”
Don Highberger, SJ
University Campus Minister and Hospital Pastoral Minister, St. Louis, MO
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Ser testigos
“If I could be ordained a deacon, the people would hear the Good News preached with authority at the pulpit and in the world. For me personally, it would feel like the ability to serve in the manner in which God has put on my heart to serve. As a minister of the word, liturgy and charity, I would preach the word to inspire others to love God and their neighbor. I would continue to bring communion to the sick and imprisoned, but I would also free our priests by taking on some baptisms, weddings, and funeral services that are outside of the Mass. It would feel like the fullness of what I was meant to do.”
Theresa Shepherd-Lukasik
Director of Adult Faith Formation, St. Joseph Parish, Seattle, WA
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Ser testigos
“And when I get antsy waiting, as I often do, I remember the women I met who showed me that the ‘not yet’ is an “already.” Women deacons have existed and continue to exist. Someday, I may be one of them.“
Julia D’Agostino, MDiv
Theology Student, ThM Candidate

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